domingo, 5 de julio de 2009

Capital desierta

Aún no es agosto y me siento como Eduardo Noriega en Abre los Ojos. Me acompaña un gran silencio, un silencio que parece ser la recompensa de solventar todas las pequeñas batallas pendientes de mi lista, aquellas que recordaba cada mañana y me acostaba sin haberlas resuelto, siendo cada día el logro de haberlas soslayado en pos de un día sin altibajos. ¿Y ahora qué? ¿Cuál es la mejor canción para este momento? ¿Qué vino acompaña mejor el sabor de la victoria?


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