miércoles, 13 de mayo de 2009

Punto de no retorno

Y las ideas no dejan de seguirme. He andado ya muchas calles y, lejos de huir de los pensamientos, cada vez más me alcanzan, me suben por la espalda, me tapan los ojos y me impiden ver. Si esto fuera un capítulo de House, tu serías un trombo y yo una paciente condenada a acabar chutada de anticoagulantes; pero no, no quiero que te muevas. Te me has enquistado en el área responsable de las funciones vitales. Disfruto de esta sensación anestésica que, curiosamente. me pincha en el corazón cuando pensando en tí se me aceleran los latidos más de la cuenta. Me has infectado y no pretendo hallarte cura, pues superarte sería el principio de una verdadera enfermedad.

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