viernes, 13 de febrero de 2009

Recapitulaciones II: Bajando

Un mes, dos meses, equis meses… Fin del teatro. Ella lo intuía, la última representación le había dejado un sabor amargo cuando su romeo le ayudó a subir al tren aquella bolsa llena de kilos de galletas y culpabilidad. Descubrió en ese andén que hay besos que son hielo, tan fríos que nunca deberían darse.
En los días siguientes se sorprendió a si misma añorando su viejo papel. Crisis de identidad. Tal vez como aquel actor que tras años haciendo de vampiro no lo pudo superar.
Era verano, pero los días se le antojaban fríos y grismente otoñales. Ni la música era un consuelo, todas las canciones le recordaban momentos que no quería recordar, incluso en el autobús camino al trabajo sentía que se le saltaban las lágrimas. Tenía que cambiar la foto de su móvil y pensar un nuevo nombre para su peluche favorito.
Poco a poco empezó el descenso desde las alturas a la cruda realidad. Había estado tan lejos de su vida, protegida por la impermeabilidad que le proporcionaba aquel pseudouamor anestésico, que parecía que su mundo había estado esperando a que a la niña se le pasara la tontería para mostrar su peor cara. Durante los meses que ella había pasado haciendo largos en su nube de piruleta, la economía (la mundial y la suya también) se había ido al traste. Ahora no había nada que la protegiera de sentir una fuerte angustia por ello.
“Eres como mamá” le reprocha su hermana, exasperante rebeldía adolescente. El tiempo que había pasado ejerciendo de madre suplente/ama de casa/novia 9,9/trabajadora/estudiante a tiempo parcial y las cartas de banco habían convertido su humor en algo hostil.
Con la figura materna de regreso las cosas tampoco mejoraron. Tocaba mudarse a Madrid capital, al ruido urbano. Mudanza, la palabra más repulsiva del diccionario.
Incluso la tecnología parecía ponerse en su contra. Formateo y muchos gigas de música al limbo del disco duro.
Lo aprendido: todo lo que sube, baja.



Sia - Breathe Me
Cargado por Sia

Recapitulaciones: La nube


Barcelona, escenario perfecto para que nuestra chica dual acabe un año entre ramblas y vanguardismo paseando por las calles en las que se dejó la sonrisa. En sus manos el kilo y medio de carne picada que en algún momento fue un corazón vivo y fuerte.
Uvas catalanas, empieza el 2008. Sucesión de hechos y sorpresas: todo imprevisible, como un accidente en cadena. Los primeros exámenes de una carrera buscada y deseada, la aparición inesperada de un chico que cumplía sus más profundos deseos de actitudes absurdamente caballerescas y un buen trabajo salido de una entrevista de la que pensaba nunca le llamarían. Empieza a sentirse imparable. Si bien la suerte siempre le había sido esquiva, ahora parecía ella su niña mimada.
Y los días pasaban así: entre trayectos de 45 minutos de sueño que la teletransportaban a la urbe madrileña con la cara estampada en el cristal del autobús y jornadas laborales en una oficina la mar de chula y colorista.
Todo ello sucedía en un halo de gracia suprema, paz y seguridad que llegaba a su máximo esplendor cuando era viernes y, al salir del trabajo, cogía la maleta que la había aguardado toda la mañana en el armario de la empresa. Viajes en ese tren que empezaba a serle cada vez más familiar y la llevaba a los brazos de su caballero de la vieja Aquitania. Le encantaba sentirse parte de ese uno más uno. Realmente ella disfrutaba de su papel de princesita por unos días. Cada vez le dolía más el final de esos fines de semana, pero era feliz mientras duraba esa especie de representación casi teatral de perfecta convivencia.
De vuelta a su casita en la sierra madrileña, le esperaban su madre y su hermana. Con ellas compartía galletas y bollería, el mejor souvenir de su visita al otro lado de la frontera.
Cuando se apoderaba de ella la melancolía, corría a refugiarse en su habitación. Escuchaba una y otra vez la canción que había nombrado BSO de su bonita relación; en su cabeza se reproducía una y otra vez una selección de sus escenas favoritas del fin de semana. Una hora con la misma canción tumbada en la cama, cerrando los ojos y abrazando los cojines, perdiéndose en el olor a jazmín del incienso nuevo que escogió por su caja morada: morada como los libros del cuatrimestre, que eran todos morados; morada como la camiseta que ella llevaba en la primera cita. Era esa buhardilla su hábitat natural y ese su momento perfecto.

(Continuará)

Mew - Special

domingo, 8 de febrero de 2009

No entiendo... (by Jaime)

"No entiendo por qué la gente es como es, no entiendo porque no entiendo a la gente, no entiendo que mole decir que estas "loco",(que se te va la pinza !), no entiendo que mole drogarse o emborracharse (en serio, no es algo bueno ni de lo que estar orgulloso), no entiendo que mole ser un super fiestero, no entiendo que la gente se ande con rodeos, no entiendo las medias tintas, no entiendo que la gente se ofenda y no lo diga, no entiendo que la gente de cosas por sentado cuando es facil aclararlo, no entiendo la obsesión por pertenecer a un "grupo urbano", no entiendo eso de que si eres de un grupo urbano ya completes el pack (ropa, musica, imagen, etc), no entiendo la obsesión por "ser especial", no entiendo porque mola ser un "artista" (regalan las reflex o qué?), no entiendo que la gente se manifieste por cosas como Bolonia y no cosas mucho mas importantes queden sin manifestación, no entiendo que la gente se escandalice con el maltrato de animales y demás y nadie haga nada con las muertes y pobreza (entiendo que os preocupe pero puestos a gastar tiempo en algo de eso hacedlo en las personas antes que en los animales), no entiendo porque si dices siempre lo que piensas al final acaban pensando que eres borde, no entiendo que la gente se crea madura o que la gente entienda que es la madurez (esto es mas complejo), no entiendo la gente que cree que un estilo de música es un estilo de vida (y no lo que es, sólo un estilo de música), no entiendo que si reconoces defectos tuyos no pasa nada y todo el mundo lo entiende, pero si dices cosas buenas de ti eres un creído. Y más cosas que no entiendo ni entenderé, pero para eso estamos."

(Gracias a Jaime por permitirme pegar su texto)



miércoles, 4 de febrero de 2009

“Ralph Hart”

El final de verano me sorprendió con tu llegada y ahora en este otoño tus palabras cierran mis días, se llevan el cansancio, acompañan mi sueño e inauguran las frías mañanas con algún inesperado SMS que, como hoy, un tramo con cobertura del Metro deja colarse en el tren de las 8.
Prisas matutinas por la Castellana, móvil en mano y sonrisa en la cara cuando el sol aún no se digna a calentar mis manos. Empieza mi jornada laboral entrando en este organismo público con AC/DC en mi MP3, unos “buenos días” que leo en los labios de mis compañeras, y otro “buenos días” que sale de mi boca sin yo escucharlo. En algún lugar de Barcelona, tú sonríes también.



Travis - closer
Cargado por yafs1925

domingo, 1 de febrero de 2009

La gran incertidumbre

Invoco a Muse para empezar este nefasto mes.
¿Aguantaré otro San Valentín? ¿Qué tienen que ver las estúpidas cajas de bombones con el amor?
¿Encontraré un trabajo? Mi tupper se va a deprimir sin salir de casa.
¿Qué hare de mí (y de mi tupper)?