Lamento cada beso distraido que te dí; cada abrazo tuyo en el que tan sólo buscaba refugio y no darme a tí. Siento haber acariciado tus manos sin mirarte a los ojos, no haberte mantenido la mirada más de unos pocos segundos. Perdóname por haberte sentido y tú no a mi. Olvida que alguna vez tus sonrisas no abrieron las mías, que abandoné tu calor en algún momento de la noche. No pienses en las palabras que callé y en todo lo que te negué, tan sólo déjame demostrarte que he aprendido, que me has enseñado. Déjame compartir contigo lo que tan sólo pueden expresar las miradas en silencio.
miércoles, 13 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
bueno bueno
como a cierta persona se le ocurra leer esta entrada va a CREER
así, con mayúsculas
un beso hermosa!
Publicar un comentario