jueves, 23 de abril de 2009

Paso a paso

La clave tal vez sea ir poco a poco. Ir saboreando los giros de cada día. Disfrutar de lo bueno, olvidar lo confuso. Las prisas pocas veces nos traen algo bueno. La velocidad mucha veces nos lleva más allá de nuestros propios límites y el cansancio de ese esfuerzo nos deja sin aliento para continuar. Sin embargo, hay caminos que se disfrutan lento, con una buena compañia y una sonrisa compartida. Estos caminos son los que pueden traer la alegría de un logro inesperado; nos pueden llevar más lejos de lo que imaginamos llegar.

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